No lo puedo evitar. No sé si eso se hace o se nace. El caso es que lo soy. Y por desgracia, ni en aquí en la Comunidad Valenciana ni en España hay nada bastante a la izquierda para mí.
Y no soy rojo porque me venga de familia, que también. Mi abuelo era comunista, fue perseguido durante los años de la guerra civil, y no fue ejecutado por una de esas casualidades que se cuentan por docenas en los bares de los pueblos. Mi padre no lo era tanto, pero siendo pastor, u obrero de pico y pala, tampoco simpatizaba con los nacionales. Y mi madre, cansada de levantarse a las 5 de la mañana para preparar el almuerzo y la comida de los hombres, recoger algodón de sol a sol, y quedarse hasta tarde para preparar y recoger la cena de los mismos, tampoco era muy facha.
Y no es porque sea un iluso, que también. Pienso que las personas cambian, que la gente es buena si no se demuestra lo contrario, y que la gente mala lo es porque no han tenido la infancia que deberían, o que han recibido una educación pensada en un mundo de hace 50 años.
Y no lo soy porque sea idiota, que también. Porque hay que serlo para ver como nos mean y dicen que llueve, y nosotros asintamos como borregos. Porque hay que ser imbécil para seguir votando a toda esta calaña que tenemos como políticos, viendo como nos mienten descaradamente y como se pliegan a los caprichos de unos a los que llaman “mercados”, que juegan con el futuro de las personas, como si tú y yo jugáramos a un juego de rol y decidiéramos quién vive, y quién muere.
Y no lo soy porque sea un idealista, que también. Porque tiendo a ver a las personas a las que amo y a las que admiro como perfectas, cuando no lo son. Y mientras no seamos capaces de admitir, y yo el primero, que la grandeza de las personas es precisamente que no son perfectas, y que eso es lo que las hace tan especiales, no comprenderemos el porqué de muchas injusticias de la vida cotidiana.
Y no lo soy porque vea lo que pasa en esta tierra, que también. Es absolutamente increíble que los gobernantes de esta comunidad (al igual que otros de partidos distintos en otras comunidades, como por ejemplo en Andalucía) tengan la desfachatez de volver a presentarse como si nada, y que humillen a la justicia (uno de los supuestos valores máximos de la democracia, al menos como yo la entiendo) dejando que sean unos votantes engañados por los medios, conducidos por las modas, adoctrinados en las iglesias, manipulados en masas a base de visitas de Papas, fórmulas 1 y fastuosas ciudades grises de hormigón, los que les juzguen y absuelvan, a tenor de los resultados que pronostican todas las encuestas (la gran mayoría de ellas manipuladas por unos y otros). Y nadie ve el peligro de que esas fatídicas encuestas se confirmen, ya que una mayoría tan absoluta supondría una falta de democracia aún mayor de la que vivimos ahora.
En fin, soy así. Rojo, idiota, iluso, y además capullo. Y lo soy porque pienso, sueño, aunque sea sólo por un instante, que textos como este, o cientos de blogs en la red, o los movimientos que hay en las redes sociales, o las sentadas en las plazas, o movimientos como el 15-M, o simplemente un minuto de reflexión por parte de una inmensa minoría sobre lo que está pasando en el mundo, despertarán pequeñas inquietudes, o dudas en respuestas que parecían claras, o nacerán preguntas sobre afirmaciones absolutas… Porque creo que todos, en algún lugar de nuestro corazón, y seamos de la ideología que seamos, sabemos que algo tiene que cambiar en nuestra sociedad, y que la gentuza que nos desgobierna no se puede seguir riendo de nosotros, sin que nadie les diga que no somos imbéciles. Porque no pueden obligarnos a ver lo que ellos quieran, a comer lo que ellos dispongan, a ejecutar lo que ellos ordenen… Porque no nos pueden seguir asustando con mentiras del pasado, con viejos tabúes. Porque no son quiénes para decirme lo que he de hacer, decir o pensar. Porque aunque creamos que los esclavos quedaron atrás hace mucho tiempo, ahora están por todos lados, y creen que no nos damos cuenta… Porque si todos ponemos un poco de nuestra parte, no podrán con nosotros.
Porque en el fondo, y al menos para expresarnos… la mayoría somos LIBRES.
Y algunos, rojos.
Enviado por E2D.
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