Saludos, ciudadanos.
Ha empezado esta mañana, al coger el coche para ir a la oficina, era una sensación extraña, indescriptible, mezcla de una comezón y ansiedad que no acertaba a explicar, afortunadamente esa sensación iba definidiéndose y se ha acabado concretando en aquella famosa frase publicitaria. "la duda me corroe".
Efectivamente, era la duda la que recorría mis venas haciéndome sentir ese hormigueo urgente, del mismo modo la duda tomó forma de pregunta:
¿por qué se están tolerando las acampadas en las plazas?
Y claro, con lo que me había costado encontrar la pregunta..., miedo me daba pensar el tiempo que me iba a suponer encontrar la respuesta.
Así que he aparcado el coche y me he despreocupado del asunto. Bueno, he pretendido olvidarme del asunto, pero el asunto no me ha dejado en paz a mi y sin desearlo me he visto trasladado al día 20 de mayo, cuando nos dirigíamos desde Valencia a Peralejos de las Truchas a disfrutar de nuestra particular jornada de reflexión.
Durante el trayecto fuimos escuchando Radio 5 "todo noticias"; las idas y venidas de Rubalcaba, las decisiones de la junta electoral central, el TSJ, el Constitucional, Rubalcaba de nuevo "actuaremos con inteligencia" y en estas que llegamos al pueblo. Que bueno estaba el Pago de los Balagueses que habíamos descorchado y que sabroso el entrecotte que compartimos. Se acercaba la hora de las brujas, ¿desalojaría la policía la Puerta del Sol? Noooooo, la satisfacción inundó el saloncito de la casa rural y nosotros nos fuimos a la cama a seguir disfrutando de la noche.
Era lo normal, no había que echarse a los votantes moderados encima, con lo mal que se presentaba la jornada electoral, como para perder más votos. Además después de una semana en la plaza aquella gente aun no había definido claramente contra que se manifestaban, eran inofensivos.
Pasan los días, parecen organizados, pero están empezando a tomar un aire hippy, perroflauta y además siguen sin definir contra que se manifiestan, unos ligeros apuntes pero nada concreto. Aparecen dudas y confrontaciones, a muchos no les gusta el aire postpunk que está tomando la acampada a otros no les entusiasma la urgencia de encontrar los términos concretos de la reivindicación. Siguen siendo inofensivos.
Y así, entre mis recuerdos de aquel día 20 y las elucubraciones acerca de los pensamientos de Rubalcaba ha llegado la respuesta.
Solo se consiguen los objetivos cuando se tienen. Solo se consiguen todos los objetivos cuando se persiguen de modo ordenado. Solo se consiguen los objetivos cuando son concretos, no genéricos. Mientras se siga pretendiendo arreglar el mundo desde la plaza..., dejarán que sigamos acampados, ahora, como a alguien se le ocurra empezar a gritar en contra de la reforma del "convenio colectivo" la acampada se acaba en minutos.
Salud y república, amigos.
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