Definitivamente, padezco S.D.R., síndrome distorsionador de la realidad.
Los que padecemos S.D.R. vivimos en un mundo particular, distorsionado y aberrante.
El resultado de las últimas elecciones locales y autonómicas ha sido la prueba definitiva de que el S.D.R. destruye mi capacidad de percibir la realidad tal y como es.
Solo algunos vemos un país con cinco millones de parados, solo algunos vemos un País Valencià con 600.000 desempleados, solo algunos hemos percibido la subida del IVA, solo los afectados por nuestro síndrome pensamos que Canal Nou es el boletín informativo del PP que pagamos entre todos y que además es agujero negro lleno de deudas. Solo algunos no hemos enterado de una reforma laboral que ha recortado los derecho de los trabajadores y además no ha corregido el dramático crecimiento del paro. Solo unos pocos pensamos que la corrupción campa a sus anchas en Generalitat Valènciana y que el caso Gürtel salpica al PP.
Los afectados por nuestra enfermedad somos los únicos que hemos padecido el recorte de las pensiones además de ser nuestras mentes calenturientas las que inventan constantes privatizaciones de empresas públicas que reducen la calidad de sus servicios para engordar las carteras de los amigos del poder.Solo los funcionarios con el síndrome ha sufrido un recorte en sus nóminas, del mismo modos que solo se han congelado las pensiones a quienes padecen S.D.R. . Los ingresos multimillonarios a los bancos y cajas de ahorro es algo que solo ocurre en nuestra enfebrecida imaginación, de igual modo que nos hace ver un País Valencià de cartón piedra con vocación de escaparate pero sin atención y cuidado a sus ciudadanos.
Aunque...no, no puede ser, los resultados de las elecciones demuestran todo lo contrario de lo que los afectados por el S.D.R. percibimos porque, de lo contrario, resultaría que estamos en un país de cobardes, adocenados, pusilánimes, incapaces de actuar con la determinación que una situación excepcional, como la que estamos viviendo, requiere.
Sin lugar a dudas, debo empezar a medicarme o ver Canal Nou.
Salud y república, amigos.
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