Había una vez una ciudad que eran... dos ciudades? ¿tres?¿cuatro?¿cinco?... Ni sus propios habitantes eran conscientes de cuantas eran. Esto implicaba innumerables facetas, peculiaridades y ¿como no?, conflictos. Pero los más destacable es que tantos contrastes, tantas diferencias, tantos matices, podían llegar a generar un atractivo y una riqueza extraordinarios de los que todos nosotros, el Ciudadano, somos, o deberíamos ser, beneficiarios y responsables. Participa. info@en-control.org
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Los programas no son de obligado cumplimiento, porque la constitución el el artículo 67.2 prohibe el mandato imperativo. Eso es imcompatible con la disciplina de partido con la que se han aprobado todas las leyes desde la transición. Con lo que todas las leyes son anticonstitucionales.
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