Todos coincidimos, el paro es el problema más acuciante para la sociedad española, ¿o no?. Es un buen comienzo, detectamos el problema y ahora ya sabemos hacia donde dirigir nuestros esfuerzos.
Ahora bien, si el problema es el paro, ¿como se puede pretender atajar la falta de empleo destruyendo más?
Ya ha pasado un año y medio desde la reforma laboral, se han recortado los derechos de los trabajadores, los salarios no hacen más que bajar, se ha facilitado el despido y sin embargo el paro sigue creciendo, pues bien, el señor Rosell, Joan Rosell, presidente de la CEOE, insiste en despedir, despedir y despedir, incluso a los funcionarios.
Un bolsa de más de cinco millones de desempleados es una auténtica bomba de relojería que mientras no estalla permite a los explotadores seguir reduciendo los salarios para obtener mayores rentabilidades, pero es un juego peligroso que además se puede volver contra los empresarios puesto que el empobrecimiento de la sociedad conlleva un descenso, como estamos comprobando, del consumo y puede llevar incluso a una auténtica revuelta social.
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