Creo que voy a empezar con un tratamiento de endurecimiento facial, el mejor me han dicho que es a base de hormigón armado, para ver si soy capaz de llegar al extremo de "caradurismo" de los próceres de la CEOE.
Aunque quizá no sea una cuestión de cara dura y el origen de sus desvaríos se encuentre en los sufrimientos recibidos en la infancia en aquellos colegios del opus a los que sus ocupados progenitores les enviaron. De aquellas mortificaciones esta voracidad sin fin.
Y es que su avidez de riqueza y poder no parece saciarse jamás. Para ellos cualquier momento es idóneo para demandar beneficios, exenciones y prebendas y ante una más que probable victoria electoral del PP, tan afines a su neoliberalismo, la ocasión se antoja inmejorable para presentar sus exigencias deseos a los contendientes, para que los empresarios puedan trabajar mejor en pro de la generación de empleo.
Muchos mortales somos incapaces de asumir esta máxima con optimismo, es más, yo, particularmente, interpreto que un hipotético abaratamiento del despido supondría una salida masiva de trabajadores con un nivel salarial alto, cuyos puestos serían ocupados por trabajadores que percibirían muchísimo menos por el mismo desempeño. ¿Así es como quieren acabar con el paro?
Con un volumen de desempleo como el nuestro el abaratamiento del despido supone también el abaratamiento salarial.
Pero el abaratamiento del despido solo es una de las sugerencias de la casta empresarial, otras maravillas con las que les gustaría agasajarnos son:
Reforma de la Ley de huelga.Copagos en sanidad y justicia.
Rebajas de impuestos.
Recortes en el sector público.
Por si no ha quedado bastante claro en este enlace podréis profundizar en las disparatadas peticiones de la CEOE.
Como no me gusta quedarme con el sabor amargo de estos dislates me voy a ver esta maravillosa secuencia de los Hermanos Marx.
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