Ante la convocatoria del movimiento ciudadano se cambió, por parte de la autoridad judicial, la hora del desahucio para intentar evitar la presencia de ciudadanos solidarios que pudiesen entorpecer la ejecución de la sentencia.
A las 7:45 se han acercado hasta la vivienda de Valentina casi doscientas personas que se han encontrado con un enorme dispositivo policial establecido delante del inmueble. Siete lecheras con su correspondiente dotación, en torno a medio centenar de policías nacionales, además de una buena cantidad de vehículos de la policía municipal en los alrededores. Un espectacular despliegue pagado por los ciudadanos para desalojar a una desafortunada mujer maltratada, parada y estafada, de su humilde vivienda.
Las expectativas de una resolución favorable de la situación se han ido al traste ante tan desproporcionado despliegue policial, aunque un grupo de ciudadanos han burlado el dispositivo y, accediendo por el edifico contiguo, han llegado hasta el piso de Valentina. Con un par de puntales han trabado la puerta de acceso al inmueble y posteriormente han vuelto a la vivienda para obstaculizar el desalojo ante la posible entrada de los efectivos policiales.
La barricada ha resultado eficaz y ha impedido el acceso por la puerta de principal de la finca, pero cuando ya parecía que se iba a evitar el desahucio las fuerzas policiales han entrado al edificio por la azotea igual que han hecho los compañeros. Tras una breve conversación con los policías han tenido que deponer su actitud siendo identificados y retenidos mientras el secretario judicial y el personal de Banesto realizaban el desahucio ante la angustiada presencia de Valentina.
Valentina se ha quedado en la calle y a pesar de ello tiene que seguir pagando a Banesto la deuda pendiente. ¿Para cuando la dación en pago?
Los compañeros identificados han quedado a la espera de recibir (o no, dada su actitud) la correspondiente multa por su acción.
Setenta funcionarios han sido puestos en servicio para que Banesto cuente ahora con otro viejo inmueble más.
Así se interpreta el derecho constitucional a la vivienda en nuestro país.
La barricada ha resultado eficaz y ha impedido el acceso por la puerta de principal de la finca, pero cuando ya parecía que se iba a evitar el desahucio las fuerzas policiales han entrado al edificio por la azotea igual que han hecho los compañeros. Tras una breve conversación con los policías han tenido que deponer su actitud siendo identificados y retenidos mientras el secretario judicial y el personal de Banesto realizaban el desahucio ante la angustiada presencia de Valentina.
Valentina se ha quedado en la calle y a pesar de ello tiene que seguir pagando a Banesto la deuda pendiente. ¿Para cuando la dación en pago?
Los compañeros identificados han quedado a la espera de recibir (o no, dada su actitud) la correspondiente multa por su acción.
Setenta funcionarios han sido puestos en servicio para que Banesto cuente ahora con otro viejo inmueble más.
Así se interpreta el derecho constitucional a la vivienda en nuestro país.
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