A veces da la sensación de que el mundo se ha vuelto loco, sin embargo en otras ocasiones las argumentos mas increíbles se tornan tozúdamente reales gracias a la torpe y arbitraria contumacia de ciertos personajes, en este caso, como en tantos otros, nuestros políticos.
Que los sectores más humildes aspiren a contribuir con el estado en función de sus ingresos es algo razonable, sus ingresos resultan fácilmente controlables tanto por su origen como por su cuantía. Algo más complicado resulta encontrar a empresarios y profesionales, base de la clase media, que estén dispuestos a contribuir con el erario público en proporción a sus percepciones. Lo que ya resulta absolutamente inconcebible es pretender encontrar a algún rico deseoso de tributar de acuerdo con su riqueza, ¿o no?.
En los últimos días, a lo largo y ancho del territorio europeo, parecen surgir estos extraños rara avis cual setas tras la lluvia estival. Si, increíble pero cierto, un reducido número de ricos europeos, franceses y alemanes principalmente, están pidiendo tributar más.
¿A qué responde esta sorprendente iniciativa?
Las diferencias entre ricos y pobres no han hecho más que aumentar en los últimos años alcanzando cotas jamás vistas con anterioridad, las clases medias están viendo reducidos sus efectivos a gran velocidad, pequeños empresarios y profesionales están pasando a engrosar la ingente nómina del paro merced a la profundidad de la crisis. La base del tinglado económico capitalista radica en el crecimiento constante del consumo, si este se ralentiza o retrae el sistema empieza a tambalearse llegando a correr el riesgo de colapsar.
Los estados han visto como sus recursos han desaparecido en aras de reflotar el sistema financiero, teniendo que recurrir, paradójicamente, a los bancos que reflotaron para volver a disponer de liquidez. De momento, exceptuando el caso italiano, ningún país a incrementado la presión fiscal a los más ricos.
En Inglaterra ya se han producido importantes disturbios fruto de la desesperación de los grupos sociales más desfavorecidos, en Alemania una oleada de "vandalismo" está haciendo arder todos los días un buen número de vehículos de lujo, en España las movilizaciones no cesan y en el ambiente se empieza a intuir la huelga general.
Viendo este panorama los ricos, que suelen caracterizarse por su avaricia pero no por su estupidez, son conscientes de que el más ligero incremento de la presión sobre la población podría encender la chispa definitiva de los disturbios, del inicio de una revolución de los desheredados del sistema, la rebelión de los que ya nada tienen que perder. Mientras, ellos, los ricos, conscientes de lo que pueden perder en estas circunstancias, prefieren erigirse como "los esforzados salvadores de la patria" antes que exponer sus fortunas a la irracional ira de los necesitados.
¿Serán capaces nuestros gobernantes de recoger el guante lanzado por estos privilegiados y los harán tributar tal y como les corresponde?
Que torpes y/o estupidos deben ser los políticos para que sus amos se les adelanten en esta ocasión y les roben los réditos que genera una iniciativa de este calado.
Cuan larga será la mano del capital que deja tan poco margen de actuación a los "¿representantes de la ciudadanía?".
Viñeta gentileza de J. R. Mora.
Viñeta gentileza de J. R. Mora.
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